lunes, mayo 30

Día 10 - Una canción con la que pueda caer dormido.

Es que no quiero hacer lo fácil: no quiero poner acá la canción que me parece pésima, o que no me gusta nada para luego salir con que es tan mala que me duermo porque, primero, es arrogante (y ya es bastante con que usted tenga que venir aquí a leerme) y, segundo, es de quinta, como diría la gente bien. Entonces salgamos de esto con otra vaina.

Le advierto, es algo muy cursi.

Hubo una época en la que difícilmente podía conciliar el sueño. Pasaba las noches en vela hablando o moqueando o viendo películas o algo así. No era todos los días, pero era algo desesperante no poder acostarme y cerrar los ojos, y dormir. Pensé medicarme, o tomar leche tibia o valeriana o tantas cosas que le pueden decir a uno cuando habla de eso. Recuerdo que alguien me recomendó agua de apio, pero todo el mundo sabe que eso sirve es para adelgazar. A veces me recomendaban cosas que no me daban ganas de hacer, no por lo asquerosas o lo pesadas, sino porque no, así de sencillo.

Una vez alguien simplemente llegó y me dijo que escuchara una canción, que técnicamente no es una canción de un grupo que viene en un disco o que puede salirse de las reglas del juego este de las 30 canciones, no, es otra cosa.

Es esto


A mi me pareció ridículo todo el acto de escuchar eso que en mi niñez conocí por pura curiosidad, pero ahí estaba yo con los audífonos pensando en si en verdad sería posible.

Luego llegó una voz por ahí que repitió exactamente lo que dice esa canción, y por alguna estúpida razón pude volver a dormir.

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