jueves, junio 9

Día 16 – Una que me llegó a gustar pero que ahora no soporto

Tengo un recuerdo lejano de todo todavía. Es curioso que muchas cosas me hayan sucedido en la misma área, en chapinero, pero en esa época era todo más cercano, no había que llegar a ningún lugar sino simplemente estar. Una salida a tomar malteada se alargó por cosas que no recuerdo, cosas pequeñas que en su momento pudieron parecer importantes (como el hecho de tomar malteada) y una noche con insinuaciones que se hicieron más evidentes, cosas que estaban ahí desde hace rato pero que hasta entonces se manifestaron. Se pasó de los papeles en clase y de las sonrisas en los pasillos a las miradas directas y el incitar los labios con pajillas o tomando una cerveza, y otra, y otra cerveza, que para el dueño del local fueron pocas pero que para mi fueron más que tres. Esa noche se dio comienzo a un todo que si bien duró lo suficiente para dejarme una cicatriz larga que nadie puede ver (o que muy pocos se han detenido a mirar) lo que más puedo recordar fue esa canción que se fue repitiendo en esos círculos que comenzaban aquí, o allá, y que recordaba siempre ese inicio que no fue más que el roce de dos prendas debidamente mojadas y probadas y antojadas.

Siempre era un argumento que usabamos los dos. Uno inexpugnable, esa palabra que tanto le gustaba. Con solo recordarla era suficiente. Al comienzo lo utilizaba solamente ella y me desarmaba, porque comenzaba a ver hasta los detalles mas imperceptibles del lugar y de la gente, de la mirada de la pareja de al lado al vernos bailar sentados y cantar desafinados y algo embriagados por algo que no era el alcohol. Luego, oportunamente, fue mi as bajo la manga pero ya iba perdiendo el efecto, ya todo era más grande que una simple canción y como todo, en esos ires y venires que tiene la vida con su inusual sentido del humor un día antes, en un bus bien tarde, bien de noche, sonó esta misma canción que se me fue perdiendo de vista hasta que estuve haciendo el listado que se ha venido escribiendo durante estos días, casi un mes, y usted ha ido leyendo esperando que pase algo importante, y no.

Esa noche sonó, nos miramos, y supimos que ya no había más remedio. No significaba nada, como fue el separarnos por última vez sin reconocerlo y con palabras fuertes de por medio que hasta hoy no han querido sanar.


Hace mucho, mucho tiempo que no la escuchaba.

Y ahora que lo pienso la verdadera protagonista de toda la historia si fue esa canción.

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