Odio. Que palabra tan fuerte. Duré varios días pensando en un grupo que realmente odiara (lo que no me excusa por no publicar a tiempo: perdóneme), que me desesperara al escucharlo, que me sacara la piedra y me hiciera tener pensamientos de tipo Columbine por un corto periodo, pero no, no pude asegurar que algo tuviera en mi tal efecto.
Puedo odiar gente, comida, olores, sabores, hasta marcas de ropa. Mi capacidad para odiar está intacta, solo que no doy a que puedo odiar musicalmente hablando. Pensé en Mickey Taveras, Gilberto Santa Rosa, Metallica, Tranzas, Son By Four, sin Bandera y un sin número de grupos que no me gustan, pero ahí está el detalle: no los odio. Me da igual. Simplemente no me entran, no es lo que yo escucho generalmente pero no por eso ya puedo sentir algo por ellos, en contra de ellos. Estuve pensando en Regaetón (o como se escriba) pero tampoco conozco lo suficiente para dar un veredicto tan fulminante.
¿Qué hacer?
Me fui por algo sencillo.
Cuando entré a ésta oficina, hace diez meses, no hablaba con casi nadie y le hacía (le hago) el quite a cualquier cosa que tuviera que ver con socializar. Generalmente cuando hay alguien nuevo en un lugar hay alguien que se conmueve y trata de incluir a la gente, quiera o no, con la gran manada. En este caso lo hizo Carolina. Ella no tiene nada interesante. O no se lo veo. Fisicamente no es desagradable, no está tan mal (yo aquí rajando de ella siendo lo poco atractivo que soy, y pienso que eso me da más derecho para hacerlo), pero no me gusta. Parece que usara peluca, sus ojos pintados sobre el rostro, casi como una muñeca, tiene unas piernas delgadas y nada de culo. Es muy irresponsable juzgar a alguien por su culo, lo sé, pero igual todos lo hacemos, así como con las tetas, y como yo ya lo hice anteriormente puedo decir sin pena alguna que Carolina no tiene nada de culo con todo lo que eso acarrea.
De las veces que hemos hablado no hemos llegado a ningún punto en común. Le gusta dormir, no ve noticias, no lee nada y no le interesa la actualidad nacional. Vive en un mundo el cual se mantiene gracias a la magia de unos señores que ella es capaz de señalar pero no decir como se llaman. Durante algunos días me regalaba chocolates y galletas, cosas para que yo la viera con otros ojos pero nunca sucedió. No soy así de fácil.
Tiene veintiseis años, es abogada y no tendría un amor de una sola noche porque no está acostumbrada a eso. Habla de sus ex novios como si eso fuera lo único realmente importante en su vida y que es una mujer muy comprometida con los hombres que la quieran. Esa vez sentí como si me estuvieran vendiendo un producto, un seguro anti infidelidad en un empaque que dejaría mucho que desear. Le respondí que yo era descomplicado, que yo me acostaría sin pensarlo con alguien que me gustara para no alargar las cosas y no me gustaban las relaciones, ni los compromisos que no dejan nada. Ella se asustó, y yo también, porque pensé que iba a decir que era hora de intentar algo así y que yo estaba dándole esas ideas como para que me hiciera caso. Afortunadamente su moral salió a flote y me dijo que era imposible que ella intentara algo así y desde ese día me ha dejado relativamente en paz. Pero no totalmente. No puedo decir que la odio, pero de seguro me fastidia demasiado. No me la aguanto.
Tiene veintiseis años, es abogada y no tendría un amor de una sola noche porque no está acostumbrada a eso. Habla de sus ex novios como si eso fuera lo único realmente importante en su vida y que es una mujer muy comprometida con los hombres que la quieran. Esa vez sentí como si me estuvieran vendiendo un producto, un seguro anti infidelidad en un empaque que dejaría mucho que desear. Le respondí que yo era descomplicado, que yo me acostaría sin pensarlo con alguien que me gustara para no alargar las cosas y no me gustaban las relaciones, ni los compromisos que no dejan nada. Ella se asustó, y yo también, porque pensé que iba a decir que era hora de intentar algo así y que yo estaba dándole esas ideas como para que me hiciera caso. Afortunadamente su moral salió a flote y me dijo que era imposible que ella intentara algo así y desde ese día me ha dejado relativamente en paz. Pero no totalmente. No puedo decir que la odio, pero de seguro me fastidia demasiado. No me la aguanto.
Estaba pensando en el grupo para la canción de este post (que debió ser de hace varios días) y llegué a la conclusión de que ella, siendo tantas cosas que no me gustan, podría ayudarme. Así que me levanté, fui hasta su puesto y le pregunté qué cual era su canción favorita. Me respondió algo y efectivamente, como yo lo pensé, lo que ella dijera era algo que inmediatamente yo odiaría, sin siquiera pensarlo.
Sorprendentemente me dijo algo que tenía mucho sentido, por lo menos para mi
No hay comentarios:
Publicar un comentario